El Atrapamoscas

Una catedral botánica se está construyendo alrededor de mis engaños: descubrirse insecto no es ningun mérito de un Kafka, apenas la cruda sinceridad frente al espejo; hay que peinarse de la mejor manera posible, y tener los ojos cuidadosos para el atrapamoscas. Los frantrasgos y los zurdos hace mucho lo supieran: risas son palabras para traductores malditos. Con ‘amén’ se terminan las rezas, este no es el caso… todavía.

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